domingo, 5 de febrero de 2012

Palabras que dañan

Hace unos días, en la presentación de una Jornada sobre "Reorientación del Sistema Sociosanitario ante el reto de la Cronicidad”, que tuvo lugar en el Hospital de la Princesa, en Madrid, la Viceconsejera de Asistencia Sanitaria tuvo una desafortunada intervención. Sus declaraciones aparecieron recogidas en Diario Médico con un polémico titular: "¿Tiene sentido que un crónico viva gratis del sistema?"

Lo que inicialmente podría haber sido una simple declaración más o menos protocolaria o institucional, se ha convertido en un pequeño incendio cuyos ecos –en términos más llamativos y alarmantes- han alcanzado la prensa no especializada y las redes sociales varios días después: “La Sanidad madrileña plantea límites a la asistencia a crónicos”.

El impacto y la repercusión de sus palabras puede verse en los (duros) comentarios aparecidos en la edición digital de ese diario de información general.


En unos momentos como los que vivimos, es difícil saber si este tipo de declaraciones, comportamientos y actitudes forman parte de una estrategia deliberada, son una provocación, una ingenuidad o una simple estupidez (el Principio de Hanlon que podríamos considerar como una versión jocosa de la navaja de Occam, establece: “Nunca le atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez”). Desde luego no parecen las más oportunas y es seguro que constituyen una gran “metedura de pata” de un responsable público.

En su excelente ensayo “Ejemplaridad pública” (Taurus, 2009), explica Javier Gomá  la importancia del ejemplo personal de gobernantes, políticos y administradores de lo público sobre la ciudadanía en general:

“Ellos, sus mismas personas y vidas, son, de hecho, lo quieran o no, ejemplos de una extraordinaria influencia social”. […] “El alcance de sus actos, no se restringe al ámbito limitado y parcial de sus relaciones personales, sino que irradian un efecto general. El desarrollo de los medios de comunicación de masas, que alimenta la demanda de una curiosidad vulgar hacia la intimidad de las celebridades, favorece la divulgación de sus estilos de vida y, en consecuencia, el impacto de su ejemplo aumenta exponencialmente”. […] “A diferencia de los demás ciudadanos, que pueden hacer lícitamente todo lo que no esté prohibido por las leyes, a ellos se les exige que observen, respeten o al menos no contradigan el plexo de valores y bienes estimados por la sociedad a la que dicen servir y que son fundamento de un ‘vivir y envejecer juntos’ en paz”.

Se espera de los gobernantes, de los directivos y cargos políticos del gobierno y de las instituciones públicas ciertas dosis de capacidad, competencia, responsabilidad, prudencia, moderación y ejemplaridad. Y, sobre todo, cuando se trate de responsables sanitarios, que sus declaraciones y las palabras que salgan de sus labios generen confianza, y no dañen… Se trata de trasladar el principio bioético de no maleficencia, Primum non nocere, también al discurso político sanitario.

Frente a estas "palabras que hieren, e incluso matan", como decía Joan Carles March en su blog “Sombreros de colores” hace unas semanas, están esas otras palabras ‘mágicas’: #palabras que curan, que facilitan y que ayudan, palabras taumatúrgicas, “que buscan el encuentro, la confianza, el diálogo, la transparencia, la cercanía; en definitiva, la comunicación…”

¿Saben de verdad lo importante que son las palabras y el lenguaje?

3 comentarios:

  1. Las palabras son muy importantes, en estos momentos y con el eco tan asombroso que se consigue a través de la Red, deberíamos tener cierto cuidado al escribirlas y pronunciarlas ....
    Con su permiso me llevo algunas citas a Twitter ...

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  2. El tema sigue dando que hablar. Véase esta Carta al Director publicada en el diario El País:
    http://elpais.com/elpais/2012/02/09/opinion/1328793720_173099.html

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  3. El 13 de febrero la Viceconsejera responde en otra Carta al Director, publicada en el mismo diario, en la que dice que no dijo lo que dijo... http://elpais.com/elpais/2012/02/12/opinion/1329062573_401233.html

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