Abadía al sur de Edimburgo. Foto: Miguel Ángel Máñez
«Todo caso de muerte que resulta directa o indirectamente de un acto positivo o negativo realizado por la víctima misma y que, según ella sabía, debía producir este resultado»
Emile Durkheim. El suicidio, 1897
Uno de los últimos números del siempre interesante Journal of Medical Internet Research publica un llamativo artículo sobre como aparece reflejado y se aborda el fenómeno del suicidio en las páginas de Internet: The Representation of Suicide on the Internet: Implications for Clinicians
(J Med Internet Res 2012;14(5):e122)
En su clásica obra sobre el tema, Emile Durkheim ya señalaba que los suicidios son fenómenos individuales que responden esencialmente a causas sociales. Las sociedades presentarían ciertos síntomas patológicos, que influyen y condicionan la integración y/o regulación social, (sea ésta excesiva o insuficiente), del individuo en la colectividad. En consecuencia, el suicidio sería un hecho social.
Actualmente el suicidio es una de las principales causas de muerte en el mundo, provocando aproximadamente 1 millón de muertes al año, lo que representa un 1,8% del total de fallecimientos. Esto supone que diariamente unas 3.000 personas ponen fin a su vida, y al menos 20 personas intentan suicidarse por cada una que lo consigue. Es una de las grandes causas prevenibles de muerte prematura.
Mientras que gran parte de lo que se dice sobre el suicidio y sus causas aún sigue siendo tabú en la mayoría de las culturas y sociedades contemporáneas, los foros de discusión y las páginas Internet se han convertido en una importante y controvertida fuente de información sobre el tema. Existe una gran ambivalencia con respecto a si la información y comunicación online sobre el suicidio debe considerarse sobre todo como una oportunidad o, por el contrario, como una amenaza grave.
Los autores del artículo, miembros del Centro Nacional para la Investigación sobre el Suicidio y la Prevención de la Enfermedad Mental, deI Instituto Karolinska de Estocolmo, investigaron cómo aparece en Internet el tema del suicidio, basándose en los resultados generados por el buscador de Google. Para ello, mediante un diseño exploratorio, analizaron y compararon sistemáticamente los resultados de la búsqueda en Google de la palabra "suicidio", para los años 2005, 2009 y 2012 respectivamente.
El estudio demuestra que predominan las páginas Web de origen institucional y que el contenido proporcionado por estas instituciones se refiere principalmente a temas de investigación y prevención del suicidio y la forma de comunicación utilizada es casi exclusivamente unidireccional. Sin embargo, existen además un número considerable y creciente de páginas personales o privadas, en muchas de las cuales aparece un notable componente antimédico y contrario al tratamiento de la depresión y de otros problemas mentales. Tienen un carácter abierto, facilitan el diálogo, con exposiciones muy narrativas y en gran medida son defensoras de posiciones pro-suicidio.
Para contrarrestar la influencia de la información anti-médico y pro-suicidio, los autores sugieren que en la práctica clínica debe discutirse el papel de Internet con el paciente. Una comunicación más abierta, dialógica y confesional proporciona la oportunidad para el clínico de obtener una perspectiva más profunda sobre las percepciones de los pacientes en relación con sus problemas, aflicciones, y el papel del tratamiento médico en sus vidas.
La crisis económica y el suicidio
La crisis económica en la que estamos inmersos se asocia con un incremento de los trastornos mentales derivados de la misma, como han demostrado diferentes estudios, también en España.
El paro y el desempleo de larga duración originan pobreza, exclusión, pérdida de la autoestima, ansiedad y depresión, que se asocian así al suicidio, En nuestro país los suicidios están aumentando y son la primera causa externa de defunción, (la tercera causa de muerte, tras la mortalidad cardiovascular y el cáncer).
Es claro que la crisis cercena vidas. El pasado mes de abril, el suicidio de un jubilado por la crisis desató la ira en Grecia. En Italia, a lo largo de los últimos meses un pequeño empresario y un trabajador se quitan cada día la vida, agobiados por las deudas y la falta de expectativas para superar las dificultades... Y la situación se ha ido agravando posteriormente.
Aquí se encuentra la lista de países según datos de la WHO-OMS, según su tasa de suicidios, en la que la posición de cada país viene determinada por el número total de suicidios. La WHO-OMS celebra cada 10 de septiembre el Día Mundial para la Prevención del Suicidio.
En España las Estadísticas de suicidio, publicadas por el INE, se han venido realizando de manera ininterrumpida desde 1906 hasta 2006. Con periodicidad anual, han recogido información tanto de los suicidios consumados como de las tentativas, estudiando el acto del suicidio con todas las circunstancias de tipo social que puedan tener interés.
Hasta el 31 de diciembre de 2006, la fuente primaria para su elaboración era la información facilitada por los Juzgados de Instrucción y los Juzgados de 1ª Instancia e Instrucción, cumplimentando con periodicidad trimestral un boletín por cada supuesto.
A partir de 1 de enero de 2007, y siguiendo los estándares internacionales en la materia, empezó a utilizarse como fuente de información la misma que sirve para la Estadística de Defunciones según la Causa de Muerte mediante la cumplimentación por los órganos judiciales de un cuestionario que consta de dos partes: la primera, de finalidad administrativa, constituye la orden de inscripción de la defunción en el Registro Civil y, la segunda, de finalidad exclusivamente estadística que recoge entre otras variables la causa de la muerte.
En 2006 se produjeron en España un total de 1.806 suicidios. En 2010, fecha del último dato publicado, se produjeron 3.158 suicidios, un incremento de más del 74% (!) en cuatro años. Suponen casi 9 suicidios cada día y casi un 1% del total de defunciones ocurridas en todo el año en nuestro país. Resulta interesante consultar los datos desagregados por sexo, lugar de residencia y grupos de edad en los que se producen estos suicidios.
Si, como escribe Juan Gérvas, el aumento de suicidios es una consecuencia previsible de la crisis, deberíamos ser capaces de evitar este aumento de los suicidios. Gran parte de la solución se encuentra en el rechazo a las políticas que desmantelan los sistemas de protección social, la educación, la sanidad, la cultura…
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