Oregon Center for Nursing (2002)
Para mi amigo Juan Carlos Mayoral (enfermera)
Hace un par de semanas desde la Comisión Gestora (Andoni Carrión y Carlos Núñez), se propuso una iniciativa para declarar el día 10 de octubre como #TheCofiaDay. Se trata de una forma de protesta frente a una polémica y controvertida sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, que condena a una enfermera a dos años de inhabilitación por “notorio incumplimiento de las funciones de su cargo” (administrar un antitérmico sin prescripción medica). La idea es que durante ese día, (es decir, hoy), ninguna enfermera haga nada sin una orden médica escrita, tome ninguna decisión que no le pertenezca, ni asuma responsabilidades que no sean suyas, realizando su trabajo como dicen los firmantes de la sentencia que debe hacerse.
Esta entrada es una modesta contribución y muestra de apoyo a esta reivindicación, cuyo objetivo último debe ser el necesario desarrollo y la definitiva regulación de la prescripción enfermera, evitando situaciones absurdas y anacrónicas, que desconocen la realidad de la práctica diaria actual.
Enfermería y Calidad
La calidad de la atención sanitaria es el resultado del trabajo colaborativo y en equipo de muchos profesionales. No sólo los médicos y facultativos llevan “la voz cantante”. El papel de los(as) enfermeros(as) y de otros trabajadores sanitarios ha cobrado cada vez más relevancia a pesar de que, como vemos, la idea existente sobre las competencias profesionales en el sector todavía tiene que cambiar mucho para ajustarse a la realidad, (que desde luego no es la del Estatuto del Personal Auxiliar Sanitario Titulado y Auxiliar de Clínica de la Seguridad Social, de 1973).
Además, como principales proveedoras de cuidados a la cabecera del enfermo durante las 24 horas del día, los(as) enfermeros(as) están perfectamente situados para valorar e informar sobre la calidad de la atención en el hospital.
Un reciente estudio de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Pensilvania afirma que las enfermeras son excelentes evaluadoras de la calidad de la atención hospitalaria y constituyen “un barómetro muy preciso” de la misma.
Los informes y la percepción de las enfermeras –como profesionales sanitarios más familiarizados con la experiencia del paciente- sobre la calidad de la atención del hospital se correlacionan muy estrechamente con otros indicadores de resultados en los pacientes y con otras medidas estándar de calidad, como exitus o complicaciones postquirúrgicas potencialmente mortales.
Este trabajo, (McHugh, M. D. and Stimpfel, A. W. (2012), Nurse reported quality of care: A measure of hospital quality. Res. Nurs. Health. doi: 10.1002/nur.21503) incluyó la observación de más de 16.000 enfermeras en casi 400 hospitales de California, Florida, Nueva Jersey y Pensilvania, cuatro de los Estados más grandes de EEUU, que representan más del 20 por ciento de las hospitalizaciones anuales. Los investigadores examinaron la relación entre los informes de calidad realizados por las enfermeras y los hospitales reconocidos por su excelencia en cuidados de enfermería. Un gran número de enfermeras trabajaban en hospitales con entornos de buenas prácticas y en centros reconocidos por su atracción (nacionalmente conocidos por tener unos cuidados de enfermería excepcionales), e informaron de que la calidad de la atención en su lugar de trabajo era excelente.
Matthew D. McHugh, uno de los autores del estudio, sostiene que: "Para una imagen completa del funcionamiento del hospital, los datos de las enfermeras son esenciales. Sus evaluaciones sobre la calidad se construyen no a partir de un encuentro aislado o [de la valoración de] un único proceso, sino que se desarrollan a lo largo del tiempo, a través de una serie de interacciones y observaciones directas en la atención”.
Sobre la metodología empleada, los autores no examinaron si los informes de calidad del personal de enfermería se correspondían con las mediciones estándar de calidad de proceso o de resultados. Se valoró la validez de la evaluación de la calidad del hospital mediante agregación de las respuestas a un único item que les pedía que informaran sobre la calidad de la atención de enfermería en el hospital. (Se solicitaba a las enfermeras que respondieran a la pregunta: “¿Cómo describiría la calidad de los cuidados de enfermería proporcionados a los pacientes en su unidad?'' Las respuestas incluidas en el autoinforme eran: excelente, buena, justa y pobre). Se encontró que un incremento del 10% en la proporción de informes en los que figuraba calidad excelente de los cuidados se asociaba con menor probabilidad de mortalidad, mayor satisfacción del paciente y puntuaciones más altas en los procesos de cuidados en infarto agudo de miocardio, neumonía y pacientes quirúrgicos.
La información obtenida de las enfermeras permite aprovechar esa perspectiva única que supone su posición dentro del contexto de los cuidados y que les proporciona una imagen muy completa del funcionamiento del hospital. Según McHugh, las enfermeras tienen ideas a partir de su interacción con los pacientes, la tecnología y los familiares de los enfermos, que no siempre están documentadas en la historia clínica, pero a menudo son las que marcan la diferencia entre buenos y malos resultados.
Las medidas de calidad asistencial son una parte esencial para la toma de decisiones entre reguladores y proveedores, pacientes/usuarios y aseguradoras, con un gran potencial para influir sobre las políticas, la mejora de la calidad, los esfuerzos y el aseguramiento. Desde este punto de vista el estudio concluye que, "aunque la perspectiva del paciente es el indicador más relevante de la calidad de la atención, los informes sobre la calidad de los cuidados realizados por las enfermeras son claramente un indicador útil y valioso de la calidad hospitalaria y del funcionamiento del hospital".
Mientras tanto, en nuestras latitudes, no deja de resultar preocupante una noticia que leemos en estos días en Acta Sanitaria: los recortes comienzan también a notarse en la salud de los profesionales de enfermería, según un estudio llevado a cabo por el Sindicato de Enfermería, SATSE, en el que se pone de manifiesto el deterioro en su salud, como consecuencia de las condiciones laborales impuestas por los recortes de medios y el incremento de la presión asistencial.
El Secretario General del sindicato sostiene que “la salud de nuestro sistema sanitario ha empeorado en los últimos meses y, si no cambian las cosas, se verá abocado a una situación insostenible y desoladora, no solo para el profesional sino también para los pacientes”.
Vivimos tiempos difíciles en los que sin duda, al menos en el ámbito del trabajo asistencial, sería deseable un mayor reconocimiento, más (y mejor) comunicación y mucho más afán de colaboración por parte de todos…
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El otro día estuve revisando la encuesta del satse: ¿no hay un sesgo por la época convulsa y dificil que estamos atravesando ahora? Es decir, muchas situaciones de las descritas como estresantes ya se producían antes.
ResponderEliminarTu sabes más que yo del tema, pero hoy por hoy, preguntar a cualquier trabajador relacionado con la sanidad pública si esta quemado tiene una respuesta clara y directa.
Es como el tema del sueldo... ¿Es el factor que mas ha afectado? Es decir, si el resto de las condiciones cambiaran (a peor, como ahora) pero el sueldo se mantuviera o mejorara, ¿como se percibiría?
Son dudas que me surgen... y es que de los sindicatos y sus estudios cientificos me fio poco, esceptico que es uno
Un abrazo
No estoy muy seguro del todo de lo que comentas, Miguel Ángel.
EliminarVeamos: el sesgo al que aludes no creo que sea diferente al que pueda darse en las encuestas y sondeos del CIS que estamos viendo estos días 'aciagos'. Es verdad que las situaciones "estresantes" podían existir antes, pero se soportaban/toleraban o enfrentaban mejor, con lo que los resultados podrían ser otros, claro. Hablamos de percepciones subjetivas.
'La situación da lugar a la sensación', podríamos decir y, al final, lo que realmente ocurre es lo que uno siente o percibe, no 'lo que dicen' que uno siente o percibe...
El sueldo, como bien conoces, es un factor motivador, de corto recorrido es verdad, pero también importante. Y sobre todo cuando no es una subida, sino una bajada, lo que se vive peor, como una pérdida.
Por último, con respecto al origen y procedencia del estudio, ya sabes que yo mismo me defino como afectado de "escepticemia", pero lo mejor es fiarse de la ficha técnica y la metodología de la encuesta, no en quién la ha hecho. Decía Juan de Mairena (Antonio Machado) aquello de "La verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero". El resto (creo) serían prejuicios.
Bueno, esto da para seguir hablando largo y tendido, claro...
Un abrazo
Sigo con mis dudas por el sesgo que te comento... Creo que la situación que nos rodea tiene mucha culpa de ese estrés, y que separar la parte correspondiente al recorte sanitario de la parte de la crisis generalizada, es casi imposible.
EliminarSabes perfectamente que si ese estudio se publicara en una revista especializada le achacarían esa parcialidad en las conclusiones.
Ah, para acabar
Agamenón: Conforme.
El porquero: No me convence
:)
Buen lector de Juan de Mairena : ))
EliminarTuve una época muy de machado (pero de Antonio)
EliminarMe ha gustado mucho esta llamda de atención sobre una profesión que poco tiene que envidiar en vocación, dedicación y eficiencia a la médica, aunque sí en reconocimiento.
ResponderEliminarSi la verdad es la verdad, ¿qué más da quién la diga? Excepto por el impacto de esta en el escuchante, que la valorará como tal (o no) según de quién venga. Ay, los prejuicios.
Gracias por el artículo, lo difundo.
Gracias, Rosa. La cuidadora, madre, acompañante, curandera, enfermera... fue antes que el brujo, chamán sacerdote, médico...
EliminarSaludos.