En el transcurso de una Jornada de Gestión Sanitaria, que se desarrolló en Toledo el pasado 18 de octubre con el sugerente título de Valores, emociones y liderazgo como claves del éxito en la gestión en tiempos de crisis, el Director Gerente del SESCAM, Luis Carretero Alcántara afirmó: "hemos superado un año muy duro y difícil en el que nos jugábamos la sostenibilidad de nuestro sistema sanitario"; nos encontramos en un momento crucial y precisamente "ahora estamos viviendo la situación ideal para reorientar la organización sanitaria y mirar al futuro con optimismo".
De acuerdo con esta idea Joan Carles March @joancmarch, con su ponencia “Liderazgo con (H)alma para equipos con emoción” intentó transmitir a los presentes algunas ideas clave que, a su juicio, deberían servir para llevar adelante el futuro del SESCAM con el optimismo y la emoción como guías:
- Liderazgo con H-alma de honestidad, humildad y hechos
- Equipo, equipo y + equipo porque el trabajo en equipo vale por dos
- Tener en cuenta la diversidad de personas, los ‘pros’, los ‘contras’ y los ‘tal vez’ y algunos ‘vampiros emocionales’: diversidad de soluciones
- La emoción impulsa la acción
- Optimismo y felicidad
- Clima emocional
- Comunicación
- 7+1: Confianza + compromiso + ...
Hay que decir que no es fácil en los tiempos que corren hacer que este mensaje positivo y optimista llegue a calar en muchos profesionales que, por distintas razones, se encuentran enormemente desmotivados, desilusionados y poco identificados con la organización. Basta leer las declaraciones del Consejo Autonómico de Colegios de Médicos de Castilla-La Mancha, en las que manifiestan que la actual situación sanitaria en la región se vuelve insostenible, que los Presupuestos "perjudican gravemente al paciente, a los médicos y al resto de profesionales sanitarios" o que "no se está contando con los profesionales para la gestión diaria de la sanidad en Castilla La Mancha y únicamente se utilizan criterios economicistas".
En el trascurso de la Jornada, uno de los ponentes “estrella” fue Emilio Duró, un consultor y conferenciante de éxito, que ha adquirido amplia notoriedad en los últimos tiempos. Con un aire desenfadado y notablemente desenvuelto, en un tono humorístico y en algún momento frívolo, que recordaba a uno de esos largos monólogos del “Club de la Comedia”, durante noventa minutos habló de Valores, emoción, cooperación y servir para una buena crisis.
[De entrada debo confesar aquí mis enormes reticencias y un elevado nivel de desconfianza hacia algunos de estos planteamientos, similares a los de ciertos libros de motivación y autoayuda del tipo de “¿Quién se ha llevado mi queso?”, por citar un título muy conocido. Se trata de textos en los que se aducen y argumentan razones teóricas de un supuesto “temor o resistencia al cambio”, “falta de adaptación” por miedo a algo peor, o “falta de colaboración” de las personas con el proyecto o el desempeño corporativo. Se justifican con ello determinadas estrategias empresariales en la gestión de recursos humanos o incluso pautas y comportamientos de control y dominación social, (en el sentido en el que hablaba el sociólogo francés Pierre Bourdieu), que tienden a mantener un cierto orden establecido o unas relaciones de producción injustas.
Nada que ver por supuesto, dicho sea de paso, con otros estudios serios y rigurosos sobre management, gestión o dirección de organizaciones y personas, planificación, marketing, imagen o comunicación corporativa…]
Pues bien, la ‘conferencia’ de Emilio Duró fue un gran éxito, si por ello entendemos que una inmensa mayoría de la sala aplaudió su intervención y rió sus bromas, anécdotas, refranes y chascarrillos, en un hábil cóctel trufado de pseudociencia, en la que se mezclan vagas ideas de genética y biología, psicología, antropología, etología, marketing o economía. Otra cosa es la utilidad práctica y la aplicación real de todo ese conglomerado a la gestión de las organizaciones o a la vida diaria de la gente. Resulta harto complicado decirle a un trabajador a quien le han reducido el sueldo y que no puede enviar a su hijo(a) a la Universidad, porque no puede asumir la subida de las tasas o no le han renovado la beca, o que se ha visto obligado a dar de baja en una plaza de residencia a su padre/madre, para poder aportar su pensión a la economía familiar, o que han despedido del trabajo a su pareja, hijo(a), etc. o que ve reducidas sus prestaciones sanitarias y sociales, o tantas otras situaciones, …es bastante difícil y complicado, -decía-, explicarle que la felicidad está a nuestro alcance y se puede fabricar en nuestras cabezas, que el optimismo es una herramienta insuperable para hacer frente a la injusticia, a la desgracia o a la adversidad, y que en realidad tenemos lo que nos merecemos; recetas infalibles y tranquilizadoras, vaya. Más bien demasiado optimismo ingenuo y complaciente, diría yo.
En YouTube pueden encontrarse numerosos videos de charlas, (variaciones de la misma), e intervenciones televisivas de este gran showman, que son muy ilustrativas al respecto.
Y lo que son las cosas, quiere el azar que en la revista El jueves publicada en esta misma semana aparezca casualmente una colaboración del dibujante Lalo Kubala titulada “Los gurús de la crisis” en la que con bastante mordacidad e ingenio se refiere a algunos de los más destacados y conspicuos oradores sobre estos temas:
(…) “Un cantamañanas mucho más grande es Emilio Duró. Un charlatán que con su conferencia titulada ‘Optimismo e ilusión en tiempos de crisis’, se lo está llevando crudo de empresas que le contratan para motivar a unos trabajadores a los que llevan apretando las tuercas desde hace tiempo con la excusa de la crisis”.
En fin, además de un par de Mesas Redondas en las que participaron algunos profesionales y directivos de Atención Primaria y de Hospitales, creo que lo más esperado e interesante de la Jornada era la intervención del Director Gerente que ya comentábamos al principio, en una ponencia que denominó Sentando las bases del futuro del SESCAM.
De manera esquemática, en el apretado resumen que refleja el cuadro siguiente, los objetivos generales (a modo de “ideas fuerza”) que se pretenden alcanzar, se llevarán a cabo a través de una serie de estrategias de las que se derivarán los diversos proyectos y actuaciones que hay que desarrollar para alcanzar resultados y objetivos concretos:
Entendemos que estas orientaciones estratégicas y proyectos genéricos planteados deberán plasmarse después en los diferentes contratos de gestión de las áreas y centros asistenciales.
Aunque sean unas ideas generales, no parece que se trate de propuestas muy novedosas, salvo lo referido a las medidas anunciadas de introducir fórmulas de Colaboración Público Privada, que incorporarían esas supuestas transferencias de riesgos entre ambos sectores, y que contribuirían a una mayor eficiencia y mejor prestación de los servicios, una idea más que discutible, por más que se insista desde ciertas instancias y desde algunos foros con intereses más que evidentes.
Ya hemos hablado antes en este blog de los modelos PPP-PFI
Y Como recordaba Sergio Minué @sminue en un post de su blog el Gerente De Mediado hace unos meses (23-junio-2012), a propósito de una revisión aparecida en PLoS sobre el desempeño de diferentes sistemas sanitarios de distintos países, de carácter público o privado, “…la información disponible no sustenta la opinión dominante de que el sector privado sea más eficiente, responsable, o efectivo que el sector público. Es más, el sector privado no solamente incumple más habitualmente los estándares médicos de buena práctica y tiene peores resultados clínicos, sino que además la supuesta gran fortaleza de lo privado (la eficiencia) brilla por su ausencia: ésta es menor que en lo público, en buena medida debido a los incentivos perversos que habitualmente se emplean en este ámbito”.
O este otro comentario también (30-abril-2012) a propósito de las reformas que se están introduciendo en el NHS por la coalición conservadora, en el que cita a Tony Judt sobre las privatizaciones en el Reino Unido: “…la única razón por la que los inversores privados están dispuestos a adquirir bienes públicos en apariencia ineficientes es porque el Estado elimina o reduce su exposición al riesgo: “se embolsa los beneficios y deja que el Estado cargue con las pérdidas... El resultado ha sido el peor tipo de economía mixta: una empresa privada apoyada indefinidamente por fondos públicos”. Es decir, los nuevos dueños del sistema podrán correr todos los riesgos sabedores de que el gobierno siempre acudirá al rescate”.
De cualquier forma, por lo que respecta al futuro, habrá que ‘estar al tanto’, pues a estas alturas no sé si seguimos avanzando o damos vueltas en círculo...
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Una compañera a la que admiro mucho que asistió a dichas Jornadas, al ser consultada su opinión por un superior jerárquico respondió que le gustaron más otras a las que asistió, también de Gestión Sanitaria; al volvérsele a preguntar el por qué, su respuesta fue muy sencilla: "¿Tú has aprendido algo en esta jornada? Pues yo no. Al menos la otra la aproveché mejor."
ResponderEliminarAvanzar, depende hacia dónde, dar vueltas en círculo supone una tendencia que muchos historiadores sostienen y achacan a los cilos de las conductas sociales, pero aún nos quedan dos opciones: 1) ir como el cangrejo (de lado), lo cual significa gastar energía mientras no se alcanza precisamente un norte, repitiendo como mucho lo que ha hecho el vecino, y 2) retroceder... eso sí, rendirse jamás.
Creo que te has contenido en está entrada... aunque a Duro no lo has dejado muy bien...
ResponderEliminarRespecto a los modelos PPP no es tan fiero el león como lo pinta... si están bien controlados por al administración y no son ellos los que la controlan...
En definitiva ni la sanidad pública pura es santa ni santificable, ni los modelos PPP maléficos y satanizables...
El estudio citado por Sergio es una amalgama tortuosa donde no se diferencian adecuadamente los supuestos distintos tipos de "gestión privada" ya que es evidente y bien sabido que una privada pura y dura tiende a ser más eficiente en la gestión del recurso pero absolutamente ineficiente en la asignación del mismo, a no ser que sea una gestión privada tutelada como las concesiones donde se asigna el recurso independientemente del poder de compra ya que todos son igual de beneficiarios. Mientras una pública pura tiene a ser más ineficiente en la gestión del recurso pero produce una mayor eficiencia de asignación.
Lo que está claro es que se ha puesto en valor la financiación del sistema y de dónde sale lo que cuesta ¿no?
ResponderEliminarExacto, hay que entender que la sanidad cuesta mucho, la financiamos con nuestros impuestos y por tanto debería ser lo más solidaria y eficiente posible.
ResponderEliminarMejor donde he puesto Solidaria poner Equitativa, ya que la equidad es necesaria y la solidaridad deseable
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