“Patient safety is an
issue of increasing concern in health care systems all over the world. It
involves in the same time various actors, with the patient/consumer at its
core. Only an informed and empowered consumer can actively contribute to
improve communication as well as health care outcomes.”
(WHO Regional Office
for Europe, 2009)
Como
es sabido, la seguridad del paciente sigue siendo un problema central y
constituye uno de los aspectos clave en la atención sanitaria, como lo ponen de
manifiesto las numerosas publicaciones y las diversas iniciativas que sucesiva
y periódicamente se ponen en marcha por diferentes servicios de salud,
organismos y agencias gubernamentales. Por si ello no bastara, cada cierto
tiempo la prensa y los medios de comunicación se encargan de recordar –en
ocasiones con injustificado y evidente alarmismo- algunos de los efectos
indeseables y de las consecuencias adversas sobre la salud que a veces
conllevan las intervenciones sanitarias.
Tras
la creación en 2004 de la Alianza Internacional para la Seguridad de los Pacientes por
la OMS, se considera que la
participación e implicación de los pacientes en la prevención de los efectos
adversos es una condición sine qua non
para conseguir su disminución y mejorar la calidad asistencial. Cada vez
existen más datos que confirman que los estilos de vida, el cumplimiento del
tratamiento y el uso adecuado de medicamentos condicionan en gran medida los
resultados de las intervenciones médicas.
En
los últimos años los Ministerios de Sanidad de numerosos países, asociaciones y
distintas agencias de seguridad de los pacientes han establecido
recomendaciones que han contribuido a desarrollar el movimiento de los pacientes por la seguridad de los pacientes.
En
última instancia, esta propuesta pretende construir una red mundial de pacientes y organizaciones de pacientes que promuevan el liderazgo y la implicación de los mismos en las iniciativas de seguridad a todos los niveles. Como revelaba el trabajo "La perspectiva de los ciudadanos por la seguridad del paciente" (2011), ello significa que éstos se convierten en agentes activos que ‘monitorizan’ sus
tratamientos y sirven de apoyo a los profesionales sanitarios que les atienden en
cuestiones relacionadas con la seguridad de la atención sanitaria. Algunos de
los aspectos básicos en los que los pacientes pueden intervenir son: aportando sus
puntos de vista y percepciones para ayudar a los profesionales en la adecuación
y ajuste fino de los tratamientos, monitorizando el progreso y los efectos de
los tratamientos e informando a los responsables de los servicios sobre cómo
mejorar la práctica clínica.
Distintos
trabajos han demostrado en este sentido que los pacientes tienen cada vez un mejor conocimiento sobre
errores e incidentes y quieren participar en su disminución. Un estudio
cualitativo financiado por la Australian
Commission on Safety and Quality in Health Care y publicado hace poco más
de un año, (What do patients and relatives know about problems and failures in care? BMJ Qual Saf. 2012;21:198-205. March
2012, Volume 21, Issue 3), reveló precisamente el conocimiento
existente por parte de los pacientes y sus familiares sobre los riesgos,
problemas e incidentes que eventualmente podrían surgir en el transcurso
de atención sanitaria. Las personas
entrevistadas eran también conscientes de que su conocimiento pudiera servir
para la mejora de los procesos y los servicios. Igualmente destacaron los retos
que afrontan los pacientes y sus familiares cuando tratan de compartir sus
conocimientos y percepciones con los propios profesionales sanitarios.
Las
conclusiones del estudio establecían que los pacientes y sus familias necesitan
tener acceso a un proceso estructurado que asegure el diálogo con los
profesionales sanitarios sobre los riesgos, posibles problemas que puedan
surgir e incidentes que ocurran. Este diálogo permitiría resolver las posibles
dudas y dar respuesta a las cuestiones planteadas por pacientes y familiares
sobre el proceso, incrementando su conocimiento y las oportunidades de mejora
del proceso en sí, y minimizando el riesgo de que las preguntas de pacientes y
familiares fueran ignoradas.
Desde
hace varios años la Agency for HealthcareResearch and Quality (AHRQ)
de Estados Unidos ha liderado varias
iniciativas y campañas modélicas que
destacan el importante papel de los propios pacientes y sus familias en la
consecución de prácticas seguras y por tanto en la mejora de los servicios
sanitarios. Un buen ejemplo de su página Web en castellano es el siguiente: “Veinte consejos para ayudar a evitar errores médicos”.
Hace
unas semanas la Oficina Europea de la OMS ha publicado un importante Informe en
el que aborda la seguridad de los pacientes desde el punto de vista de sus
derechos, así como de su información, compromiso e implicación en la toma de
decisiones compartida, como corresponsables y ‘coproductores’ en el proceso de
asistencia sanitaria: Exploring patient participation in reducing health-care-related safety risks.
En el prefacio del documento sir Liam Donaldson explica que el informe es una excelente síntesis de los estudios sobre la implicación de los pacientes en la reducción de riesgos de la atención sanitaria, así como un análisis autorizado de los conceptos y los debates que subyacen detrás de los programas de acción en marcha. A pesar de las medidas y de los pasos positivos que se han dado en Europa, deben hacerse mayores esfuerzos para crear una cultura que permita la coproducción de los resultados de la atención sanitaria por el médico y el paciente. Educar a ambas partes sobre las ventajas de este enfoque es crucial para conseguir una atención más segura y óptima. Es interesante reflejar que ya en 1962 el Presidente John F. Kennedy estableció los derechos generales de los consumidores e identificó cuatro –el derecho a ser informado, el derecho a ser oído, el derecho a elegir y el derecho a la seguridad– que constituyen una visión que se aplica bien al objeto del informe.
Las
leyes y declaraciones sobre derechos de los pacientes no hacen que la atención
sanitaria sea automáticamente más segura, pero ayudan y contribuyen al tan reiterado empowerment de los pacientes, es decir a
que sean más competentes y estén más capacitados. Se encuentran así en una
mejor posición para gestionar su propia salud y el cuidado de la misma y
participar en los esfuerzos para mejorar la seguridad. El informe presenta un resumen
de los aspectos legales que influyen en la seguridad del paciente y describe
ejemplos de la implicación de los pacientes. Destaca la necesidad de fortalecer
un proceso continuo de información entre los distintos niveles de atención,
incluyendo las experiencias de los pacientes, su alfabetización sanitaria y su implicación.
El informe presenta seis capítulos en los que se explora la
relación entre derechos de los pacientes, participación del paciente y
seguridad del paciente. Tras la introducción, uno de los capítulos pretende dar
forma al debate político sobre cómo vincular los aspectos genéricos de
seguridad del paciente con un nivel más proactivo de la implicación del
paciente, discutir aspectos jurídicos relacionados con los derechos y la
seguridad del paciente y la medida de las experiencias de los pacientes. Finalmente,
cuatro estudios nacionales identifican algunas prácticas óptimas existentes
destinadas al fortalecimiento de la participación de paciente en la reducción
de riesgos para la salud en áreas técnicas: higiene de manos (Bulgaria);
seguridad de las transfusiones de sangre (Francia); seguridad en la prescripción
y tratamiento farmacológico (Polonia); y cirugía electiva (Portugal).
Esta
es relación de los capítulos y su contenido:
Chapter 1. Patients’ rights and
patient safety: Introduction
Chapter 2. Patients’ rights and
patient safety
Chapter 3. Patient participation in
hand hygiene in bulgarian health care
Chapter 4. Blood transfusion safety in
France: developing tools to support patients
Chapter 5. Patient safety, rights and
medication safety in primary care in
Poland
Chapter 6. Patient participation in elective
surgery safety in Portugal
Chapter 7. Patients’ experiences and
patient safety
Chapter 8. Conclusions and
recommendations
Resulta
interesante el modelo conceptual expuesto de la participación del paciente en
la prevención de errores, adaptado del artículo de Longtin Y et al. PatientParticipation: Current Knowledge and Applicability to Patient Safety (Mayo Clin Proc. 2010 January; 85(1): 53-62).
Modelo
Conceptual de los factores que influyen en la participación del paciente en la
prevención de errores.
HCW
= health care worker
Como resumen, cabe decir que el trabajo en su conjunto pretende contribuir al amplio proceso de recopilación de pruebas y videncias encaminado a encontrar maneras eficientes para construir expectativas realistas e informadas sobre la atención sanitaria, alentando a los pacientes a que estén vigilantes y bien informados para asegurarse las máximas garantías y estándares de seguridad. El último capítulo del Informe incluye una serie de recomendaciones con respecto a los niveles macro (legislación nacional), meso (centros e instituciones sanitarias), y micro (a nivel de las interacciones clínicas), en la prestación de los servicios sanitarios.
Con independencia del
contexto concreto, la formación de los profesionales sanitarios, el cambio de
actitudes y la educación de los pacientes siguen siendo factores y elementos
clave para el empowerment y la mejora de la seguridad de los pacientes en los que se debe seguir
insistiendo...