“Los charlatanes saben que mienten y por ello usan el lenguaje y los conceptos de la ciencia; hacen que investigan, llevan bata y en cuanto pueden meten palabras como ‘cuántica’, igual que el curandero te habla de anatomía.”
Lo explicaba muy bien un reportaje publicado en El País hace un par de años (La cultura no nos cura de la superstición), en el que se ponía claramente de manifiesto cómo nuestra sociedad hipertecnificada, supuestamente científica y racional convive bien con la astrología, los movimientos new age, los videntes, los amuletos o las pulseras Power Balance: la tecnología no borra la magia…
Por supuesto el sector sanitario no es (tampoco) ajeno a este mundo. Hace algún tiempo nos referíamos ya en otra entrada del blog a las denominadas terapias naturales, medicinas alternativas y complementarias (MAC). La cosa no parece haber cambiado mucho desde entonces, lo cual no viene sino a demostrar la naturaleza del “fuste torcido de la humanidad”, según las sabias palabras de Kant: "Con un leño tan torcido como aquel del cual ha sido hecho el ser humano nada puede forjarse que sea del todo recto".
De cualquier forma, sean cuales sean los errores y equivocaciones –interesados o no-, que enturbien el desarrollo de los ideales racionalistas a los que no es posible ni deseable renunciar, habrá que seguir insistiendo en su defensa en esta época tan extraña y confusa.
Ayer mismo recibía un correo del denominado Instituto Europeo de Bienestar Social (que se publicita como "Centro colaborador de a OMS") en el que me invitan a un ‘curioso’ foro homeopático:
En el programa del encuentro aparece como colaborador-patrocinador el laboratorio más importante de preparados homeopáticos.
Me sigue llamando la atención cómo la charlatanería y la superstición se abren paso en diferentes seminarios, cursos y jornadas que se pretenden serios y respetables, intentando buscar un aval científico a sus elucubraciones. Hasta la propia Universidad se viene prestando a estas prácticas mercantiles, antirracionales y denigratorias, que dicen muy poco (o mucho, según se mire) de quienes promueven o autorizan estos eventos.
El blog NAUKAS, que periódicamente alerta y previene frente a todo tipo de supercherías, remedios y supuestas curas ‘milagrosas’ (flores de Bach, reiki, hipnopsicoastrología, homeopatía, etc.), publicaba hace un año un post bastante clarificador a propósito de la homeopatía: Malvendiendo la virtud, con especial atención a la Cátedra Boiron de Zaragoza.
El círculo escéptico, que fomenta el pensamiento crítico y racional, luchando contra las pseudociencias y las pseudomedicinas, mantiene una página actualizada, (la “lista de la vergüenza”), en la que aparecen las Universidades, Colegios Oficiales y organismos públicos que promueven la pseudociencia.
Es evidente que existe un público (mercado) potencial de aspirantes a embaucadores, posibles incautos o desencantados con la práctica clínica digamos “convencional”, que le hace buscar otro tipo de soluciones o respuestas a sus problemas y/o dolencias.
Precisamente la Encuesta Nacional Encuesta Nacional de Salud de España 2011-2012 (ENSE) publicada hace un par de meses intentaba conocer el número de personas que recurre a este tipo de técnicas o terapias alternativas.
La pregunta que se efectuó fue:
Durante los últimos 12 meses, es decir, desde (…), ¿ha visitado para usted mismo/a a un…?
- Homeópata
- Acupuntor
- Naturista
- Otro profesional de medicina alternativa (osteópata, quiropráctico…)
Los resultados obtenidos (% de personas) y técnicas o terapias a las que recurren son los siguientes:
HOMEOPATÍA: 1.5 %
ACUPUNTURA: 0.9 %
NATUROPATÍA: 1.0 %
OTROS profesionales de las MAC: 1.4 %
Es decir, casi un 5% de las personas encuestadas han hecho uso de estas “prácticas”. (Puede resultar curioso, para quien tenga interés, comprobar en la encuesta la distribución por sexo, grupo de edad y clase social de estas personas).
A título de aclaración, las definiciones que utiliza la ENSE son las siguientes:
Homeópata: proporciona pequeñas dosis de sustancias que, a dosis más altas, son capaces de reproducir los mismos síntomas de la enfermedad que se padece, de tal manera que el organismo resulte estimulado para que él mismo solucione el problema. El homeópata adapta las dosis según la persona, teniendo en cuenta el estilo de vida, estado emocional y mental y otros factores [sic].
Acupuntor: trata las dolencias mediante la acupuntura, técnica tradicional china que se basa en la inserción de agujas en distintas partes del cuerpo en función de los órganos afectados por la enfermedad, con el objetivo de reequilibrar la situación energética del paciente [sic].
Naturista: basada en la comprensión y utilización de los principios autorreguladores del organismo. Las técnicas y terapias más utilizadas son herborista o fitoterapia, que utiliza plantas o extractos de plantas para tratar una enfermedad o mejorar la salud del paciente, helioterapia, balneoterapia, climatoterapia, hidroterapia, cinesiterapia, biomagnetismo, dietoterapia y ayuno, técnicas manuales de movilización y masaje terapéutico [sic].
Otro profesional de medicina alternativa: utilizan otras formas de cuidados médicos y productos que no son considerados parte de la medicina convencional, excluyendo a los citados anteriormente. Por ejemplo: profesionales especializados en aromaterapia, musicoterapia, medicina oriental... [sic].
En fin, y para terminar, una página recomendable sobre homeopatía desarrollada por algunos colaboradores del ya citado blog NAUKAS y una excelente adaptación de un cómic británico de Darryl Cunningham sobre el mismo asunto: HOMEOPATÍA.
(Creo que el 12 de junio no iré a ese “Foro sobre el Tratamiento Homeopático en la Salud Integral de los Pacientes” y enviaré a la “lista de la vergüenza” el Programa)…