Viñeta de Leandro Barea
(…)
“Este proceso de privatización
generalizado de las relaciones económicas que implica la destrucción programada
de los bienes comunes va a afectar principalmente a los países económicamente
más débiles, pero se extenderá de forma inevitable hacia los más fuertes.”
Por
si alguien albergara alguna duda sobre lo que está ocurriendo, Sami Naïr
advierte de que “…la presión
privatizadora tanto de las transnacionales como de los fondos de pensión
americanos y europeos sobre las pensiones, la educación y la sanidad públicas,
se volverá imparable si Europa sigue siendo un mero mercado liberal. La nueva
sociedad que se está construyendo es la del “todo privatizado”. Lo que debemos
entender es que se trata de una ofensiva global, una verdadera guerra social.”
En
el caso de las privatizaciones sanitarias, en las que la Comunidad de Madrid se
sitúa a la vanguardia- como afirma Gabriela Cañas (El negociete sanitario EL PAÍS, 23-6-2013)
cuesta imaginar “qué más pruebas
hacen falta para demostrar a la opinión pública que tras los rimbombantes
discursos de eficiencia de la gestión privada de servicios públicos se esconden
solo intereses privados de unos cuantos políticos y sus amigos.”
Entre
el continuo y permanente goteo de informaciones relacionadas de una u otra
forma con este asunto, (no solo en la prensa especializada), destaca la noticia
de la
admisión a trámite por un juzgado de Madrid (ver aquí el Auto judicial) de
la denuncia presentada por la Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid (AFEM) contra varios altos cargos del Gobierno por el (anterior) proceso privatizador
iniciado en 2003 en Madrid.
La
AFEM ha elaborado una serie de informes que son de obligada lectura para
entender y conocer en detalle como ha ocurrido y se está desarrollando todo este
proceso de privatización de la atención sanitaria. Destacan:
Un
primer Informe (19 de marzo de 2013) sobre la [posible]
inconstitucionalidad de la concesión de servicios sanitarios de hospitales y Centros de salud por la
Comunidad de Madrid, ya que “incentiva la
selección de riesgos y la creación de un apartheid sanitario con la
consiguiente amenaza para la equidad”. Basándose en este informe se
presentó un Recurso de Inconstitucionalidad.
Un
segundo Informe (27 de mayo 2013) sobre la ilegalidad de los pliegos de condiciones para la licitación del Contrato del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) para la concesión de los servicios de atención sanitaria especializada de los Hospitales Infanta Leonor (Vallecas), Infanta Sofía (San Sebastián de los Reyes), Infanta Cristina (Parla), Hospital del Henares (Coslada), Hospital del Sureste (Arganda del Rey) y Hospital del Tajo (Aranjuez).
En
la página Web de la Asociación hay una completa hemeroteca con la relación de las noticias aparecidas en la prensa por orden cronológico.
Cada vez más gente coincide en señalar que “el
concurso privatizador es una chapuza que se perpetra tras la ocultación, la
falta de transparencia y un rigor del tamaño del hueso de una aceituna” (David Trueba: Apariencias EL PAÍS, 18-6-2013),
por lo que no parece conveniente permanecer en silencio, “aliado
indispensable en este auténtico expolio.”
En
un interesante artículo del diario Cinco Días, (La sanidad pública en Almoneda, 18-6-2013)
Pedro Díaz Cepero se refiere al proceso
en los siguientes términos:
“La externalización de la gestión de la
última tanda de los hospitales de Madrid forma parte del Plan de Medidas de
Garantía de la Sostenibilidad del Sistema Sanitario Público de la Comunidad de
Madrid. De nuevo terminología maquillada como soporte del cinismo político,
porque la verdadera intención es desmantelar la sanidad pública”.
Más
adelante señala: “Hace años que la gestión
de nuestra sanidad viene siendo objeto de deseo por parte de los fondos de
inversión y de capital riesgo, en contraste, por ejemplo, con su apuesta en
empresas de biotecnología, una inversión más acorde a su función y socialmente
más necesaria por el descenso de las ayudas públicas a este sector.
Evidentemente, entrar en la gestión de los hospitales públicos supone
contabilizar clientela y ganancias seguras, sin riesgos para los dividendos de
sus partícipes.”
Enrique
Gil Calvo escribe también sobre el tema (La resistencia a la privatización de la sanidad EL PAÍS 19-6-2013):
“…donde la
privatización ha cobrado mayor impulso ha sido en Madrid, dado el interés de Esperanza Aguirre en trasplantar la revolución
neoliberal de Margaret Thatcher, cuando privatizó el National Health Service
con resultados nefastos. Y tras retirarse del poder, ha sido su sucesor quien
se ha propuesto culminar la obra de su mentora, privatizando de una tacada [gran] parte de la sanidad madrileña.” A su juicio, existen dos
poderosas razones que podrían llegar a impedir que el proyecto privatizador
saliera adelante: por un lado, la firme resistencia profesional y ciudadana que
se está produciendo, mucho más intensa de lo que cabía esperar; y por otro, la
trayectoria institucional del modelo sanitario, fuertemente condicionado por
sus orígenes (lo que sociológicamente se denomina “path dependence”).
Seguiremos atentos al
desarrollo de los acontecimientos:
P.S. (17.45 h.) Apenas unas horas más tarde de publicado, el post, se queda casi desfasado, tal es la rapidez de los acontecimientos: La Consejería de Sanidad del Gobierno de la Comunidad de Madrid ha hecho públicas las ofertas presentadas por las empresas que optan al concurso para la gestión de los seis hospitales públicos. Ahora sabemos que los empleados podrán ser accionistas de los hospitales privatizados. Un curioso remedo del viejo y conocido "capitalismo popular" que puso en práctica la señora Thatcher...