A
estas alturas no descubrimos nada nuevo si decimos que la información es
esencial para las personas que tienen que afrontar un problema de salud. Su
actitud ante la enfermedad y las actuaciones que realizan, tanto ellos como sus
familias, y que condicionan su calidad de vida, dependen en gran medida de la
ayuda que puedan tener para obtener información y comprenderla. Se trata,
esencialmente, de un derecho ético básico para el ejercicio de la autonomía
individual.
Uno
de los componentes esenciales de una atención sanitaria de alta calidad es un
paciente (más) informado, autónomo y
comprometido. Para ello es necesario:
o
Mejorar la información
sobre salud del paciente
o
Promover la
implicación del paciente en la toma de decisiones
o
Potenciar el(los)
autocuidado(s)
Sabemos
que Internet ha supuesto (y está suponiendo) una serie de cambios fundamentales en la
atención sanitaria y en la práctica clínica, al facilitar el acceso de los
pacientes y usuarios a la información sobre salud y su participación en la toma
de decisiones. Sin embargo, las preferencias de los pacientes sobre el tipo y
grado de participación en la atención sanitaria y en su propio autocuidado varían
mucho. La promoción de lo que se ha dado en llamar “atención centrada en el
paciente” requiere una mejor comprensión de la relación entre el uso de
Internet y una gama más amplia de preferencias para la participación de las que
hasta ahora se habían valorado.
Sobre este tema, el Journal of Medical Internet Research
publica esta misma semana un interesante artículo sobre un trabajo cuyo objetivo ha
sido precisamente explorar las siguientes cuestiones:
1. Si existe o no una relación significativa entre la frecuencia de uso de Internet y las preferencias
generales de pacientes para la obtención de información sobre salud y la autonomía
para la toma de decisiones.
2. Si las relaciones entre la frecuencia de uso de Internet y las preferencias
sobre información y toma de decisiones difieren en relación con una serie de diferentes
aspectos de cada problema de salud considerado: diagnóstico, tratamiento, pruebas de laboratorio, autocuidado,
medicinas alternativas o complementarias [!], aspectos psicosociales y
proveedores de atención médica.
Xie Bo, Wang Mo , Feldman R, Zhou Le. Internet Use Frequency and Patient-Centered Care: Measuring Patient Preferences for Participation Using the Health Information Wants Questionnaire (HIWQ) [J Med Internet Res 2013;15(7):e132]
El
estudio se llevó a cabo mediante la aplicación del cuestionario HIWQ (Health Information Wants Questionnaire)
a una muestra de 438 personas para recoger datos
sobre las preferencias de los pacientes acerca de la cantidad de información
que desean sobre diferentes aspectos de un problema de salud y el nivel deseado
de autonomía en la toma de decisiones según esos mismos aspectos.
De
las 438 personas participantes en el estudio, 226 eran estudiantes universitarios
y 212 adultos mayores que recibían clases sobre uso de ordenadores en
bibliotecas públicas y centros de mayores. Se trataba de una muestra de
conveniencia seleccionada mediante folletos, avisos en tablones de anuncios y ‘boca
a boca’.
El
cuestionario HIWQ
mide las preferencias, para cualquier enfermedad o problema de salud que se
considere, sobre siete aspectos y categorías de información médica y sobre la toma
de decisiones: diagnóstico, tratamiento, pruebas de laboratorio, autocuidados, [posible
uso de] medicinas alternativas o complementarias, aspectos psicosociales y
proveedores de atención médica. El cuestionario incluye un total de 21 ítems y permite comparar las mismas cuestiones
de la dimensión de información (Information
Preference Scale) en paralelo con la dimensión de toma de decisiones (Decision Making Preference Scale), para
conocer de forma más directa las preferencias sobre cada apartado.
En
la escala de preferencia de información, los participantes muestran sus deseos
para cada tipo de información, (por ejemplo, cuánta información desea tener sobre
la gravedad de un problema de salud determinado, o sobre posibles tratamientos,
o cómo afectará a su trabajo o relaciones personales, etc.), en una escala tipo
Likert de 5 puntos, en la que las opciones de respuesta van de 1 (nada) a 5 (toda):
Una
de las cuestiones de la escala de preferencias de información
Aunque
los resultados no pueden generalizarse directamente, como muy bien advierten
los autores, vale la pena recoger aquí los resultados y las conclusiones del estudio:
Resultados: La muestra del estudio incluyó 438
personas: 226 estudiantes (edad media 20; SD 2.15) y 212 adultos mayores
viviendo en comunidad (edad media 72; SD 9.00). Se encontró una diferencia
significativa en la frecuencia de uso de Internet entre ambos grupos, siendo el
grupo de menor edad el que significativamente hacía un uso más frecuente de
Internet frente al grupo de mayor edad. El uso frecuente de Internet se relacionó
positivamente con la valoración general de preferencias, lo que sugiere que los
usuarios frecuentes de Internet preferían significativamente obtener o recibir más
información y participar más en la toma de decisiones que los usuarios con
menor frecuencia de uso de Internet. La relación entre la frecuencia de uso de
Internet y los diferentes tipos de preferencias según el aspecto considerado variaron:
en comparación con los usuarios más frecuentes de Internet, los usuarios con
menor frecuencia prefirieron más
información pero menos participación
en la toma de decisiones para el diagnóstico; más información y más
autonomía en la toma de decisiones sobre pruebas de laboratorio, medicinas
complementarias y alternativas y autocuidados; y menos información pero más
autonomía en la toma de decisiones para los aspectos psicosociales y de
proveedor médico. No se encontraron diferencias significativas entre los
usuarios frecuentes y poco frecuentes de Internet en sus preferencias para
recibir información y adoptar decisiones sobre el tratamiento.
Conclusiones: Las aplicaciones de Internet han creado
oportunidades sin precedentes para facilitar la participación de los pacientes,
al mejorar su acceso a una amplia gama de información de salud difícil de
obtener antes por el público en general. Los pacientes están ahora mejor
equipados y cuentan con los conocimientos necesarios para tomar decisiones más
informadas sobre múltiples y diversas cuestiones relacionadas con el cuidado de
la salud [otra cosa es que realmente deseen
hacerlo]. No en vano se ha sugerido que Internet está suponiendo cambios
fundamentales para la profesión médica, a medida que los pacientes están más
informados, son más participativos, y por tanto, tienen más poder. Los
resultados de este estudio apoyan el argumento general sobre la relación entre
la frecuencia de uso de Internet y la participación del paciente y su empowerment, a la vez que también revela
nuevos matices de esta relación (por ejemplo, cuando las preferencias del
paciente se dividen en varios aspectos -como diagnóstico, tratamiento, pruebas de laboratorio, autocuidado,
medicinas complementarias, aspectos psicosociales y proveedores de atención
médica-, las relaciones entre la frecuencia de uso de
Internet y tipo de preferencia para recibir información y su preferencia para
participar en la toma de decisiones correspondiente, varían claramente entre dichos
aspectos).
Investigaciones previas sugieren que la edad, el género, la educación,
la cultura, el rol de paciente, la personalidad del mismo y la gravedad de la
enfermedad pueden ayudar a explicar las variaciones en las preferencias de los pacientes.
Este estudio revela un nuevo factor relacionado con las preferencias de los
pacientes: la frecuencia de uso de
Internet, que se relacionó significativamente no solo con la preferencia general,
sino también con las preferencias para varios tipos de información y autonomía en
la toma de decisiones. Estos resultados –dicen los autores- pueden tener
importantes implicaciones para la práctica médica. Por ejemplo, los profesionales
de la medicina [tal vez] podrían tener en cuenta la frecuencia de uso de Internet por sus
pacientes a la hora de valorar si, cuánto y de qué manera sus pacientes desearían
participar en su propia atención o (auto)cuidado de salud.
En fin, ¿sirve (o se utiliza) de verdad la información sanitaria obtenida a través de Internet para adoptar decisiones compartidas?
Una reflexión interesante.
ResponderEliminarGracias :)
Gracias a ti, Miguel Ángel, por asomarte. Saludos.
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