Foto: Jacob Earl (vía flickr)
«No hay sabios que gustosamente no
colocaran la ciencia de la que se ocupan en el centro de todas las ciencias,
casi en la misma forma que los hombres primitivos se colocaban en el centro del
mundo, persuadidos de que el universo había sido creado por ellos. Las
profesiones de muchos de estos sabios, examinándose filosóficamente,
encontrarían, posiblemente, incluso, además del amor propio, causas de peso
suficiente para su justificación.»
D’Alembert. Discours préliminaire
de l'Encyclopedie
Ciencia e
interdisciplinariedad
En
el campo de la filosofía de la ciencia, los criterios de demarcación se
refieren al problema de definir los límites que deben configurar el concepto
“ciencia”, definiendo y estableciendo las fronteras entre lo que es
conocimiento científico y no científico, es decir entre ciencias y
pseudociencia, metafísica, religión u otras creencias.
La
ciencia es un conjunto de conocimientos estructurados sistemáticamente. Es sobre todo a partir del siglo XIX, con el importante crecimiento y desarrollo del
conocimiento científico-técnico, cuando surgen numerosas ramas o disciplinas
científicas, algunas a partir de la fragmentación de ciencias anteriores o bien
mediante la yuxtaposición de parcelas establecidas previamente por otras, es
decir mediante la interdisciplinariedad.
Cualquier
clasificación o intento de sistematización de las ciencias (ciencias naturales,
formales, ciencias sociales, etc.) es necesariamente cambiante y provisional.
La situación actual es la de una gran división entre las ciencias y sus
conexiones metodológicas y de contenidos, con una creciente especialización
tanto en la investigación como en el ámbito académico, que obliga a una
búsqueda continua de integración de las teorías, métodos, instrumentos, y, en
general, de la práctica científica de diferentes disciplinas, a partir de una
concepción multidimensional de los fenómenos, y del reconocimiento de la
insuficiencia y del carácter limitado de los enfoques científicos por separado.
En definitiva es una “apuesta por la pluralidad de perspectivas”, el diálogo y
el intercambio productivo de saberes frente al aislamiento y ‘ensilamiento’ de
las diversas disciplinas, y sin caer en un simple y vulgar eclecticismo.
Ya
en 1966, el epistemólogo Carl G. Hempel dibujaba una sugerente imagen, compatible con este enfoque interdisciplinar,
que resulta enormemente atractiva y actual:
«La sistematización científica requiere
el conocimiento de diversas conexiones, mediante leyes o principios teóricos,
entre diferentes aspectos del mundo empírico que se caracterizan mediante
conceptos científicos. Así los conceptos de la ciencia son nudos en una red de
interrelaciones sistemáticas en la que las leyes y los principios teoréticos
constituyen los hilos... Cuantos más hilos converjan o partan de un nudo
conceptual, tanto más importante será su papel sistematizado o su alcance
sistemático.»
Hace
unos días ha llamado nuestra atención un artículo publicado en el siempre interesante Journal of Medical Internet Research: The Emergent Discipline of Health Web Science (J Med Internet Res
2013;15(8):e166) en el que sus autores desarrollan algunas ideas presentadas en
la Conferencia Medicine 2.0 de Boston, en 2012.
Sostienen que los debates
y discusiones sobre las implicaciones para la clínica y la investigación
sanitaria de la adopción generalizada de las tecnologías de la información,
incluida la Internet, han sido subsumidos bajo la etiqueta, no exenta de tensiones y controversias,
de Medicina 2.0. En
este artículo, sin embargo, exploran y se interrogan acerca de la contribución y
el papel del floreciente campo de la [denominada algo ampulosamente, a mi
juicio] Web Science (entre otros por sir Tim Berners-Lee) en relación con el mantenimiento de la salud, la atención sanitaria y la
política sanitaria. A partir de aquí, presentan lo que denominan Health Web Science (“Ciencia de la Sanidad
en la Web”) como una subdisciplina de la Web Science , que sería distinta
pero superpuesta a la Medicina 2.0.
Los autores consideran
que las motivaciones para establecer y dar carta de naturaleza a la HWS como
disciplina son múltiples. Los avances científicos son impulsados cada vez más
mediante herramientas y aplicaciones informáticas avanzadas utilizando la Web
como vehículo; es importante por tanto entender y describir la manera
específica en la que se utiliza y diseña la Web para la investigación sanitaria,
la investigación clínica y la práctica clínica. Además, es deseable también
como una forma de apoyar a los ciudadanos y usuarios que utilizan la Web para
recopilar información sobre salud y bienestar y encontrar posibles fórmulas
para prestar apoyo social a los pacientes y cuidadores. Finalmente, se
encuentra la motivación de mejorar la eficacia y la eficiencia de la atención
sanitaria. Esta es una razón que resulta particularmente pertinente y oportuna
desde que la mejora de la calidad y la contención de costes se han convertido
en prioridades internacionales, a medida que los gobiernos, los empresarios y
los consumidores se enfrentan con los costes crecientes de la atención
sanitaria. La HWS considera que estas motivaciones pueden superarse
mediante un estudio exhaustivo para comprender los límites actuales y las
propiedades de la Web en relación con la salud, así como para informar el
diseño de nuevas formas de utilizar y diseñar la Web para maximizar su función
como recurso de salud.
En
2010, un estudio aparecido también en el Journal
of Medical Internet Research: Definition of Health 2.0 and Medicine 2.0: A Systematic Review (J
Med Internet Res 2010;12(2):e18) daba cuenta de una revisión bibliográfica sistemática
(de más de 1.900 artículos) de los conceptos de Salud 2.0 y Medicina 2.0, y
llegaba a las siguientes conclusiones:
Salud
2.0/Medicina 2.0 son todavía conceptos en evolución y desarrollo. El estudio
identificó hasta 46 definiciones únicas de Salud 2.0 y Medicina 2.0; se encontraron
siete temas recurrentes: Web 2.0 y tecnología; pacientes y usuarios;
profesionales; redes sociales; contenidos/información de salud; colaboración; y
cambio en la atención sanitaria. No existe (aún) un consenso general en la
definición de Salud 2.0/Medicina 2.0. Los autores esperaban que el estudio pudiera
contribuir a la construcción del concepto de Salud 2.0/Medicina 2.0 y facilitar
la futura discusión e investigación para lograr un marco conceptual claro.
No está claro que hayamos avanzado mucho en este sentido. Sí es evidente
y parece bastante claro que la prestación de asistencia sanitaria está experimentando un cambio revolucionario a medida que
el conocimiento está más descentralizado. La relación médico-paciente es un
buen ejemplo de ello: el paso desde un modelo vertical en el que el médico
posee el conocimiento experto, hacia un modelo de toma de decisiones compartida.
Esta transformación se está consiguiendo gracias a la Web de documentos
enlazados y a la utilización de la Web Social por los pacientes. Los resultados
pueden comprobarse fácilmente por el aumento del "poder de los pacientes"
y la creciente influencia de los grupos de pacientes en la interacción con los profesionales
sanitarios. Tales avances facilitan el intercambio de experiencias (positivas y
negativas) de los pacientes y sirven para difundir información de manera mucho
más eficaz. La
velocidad del cambio en los avances tecnológicos es exponencial, dando lugar a
la "singularidad de la atención sanitaria", en la que el flujo de
información de la investigación a la práctica es instantáneo.
En conclusión, los autores que postulan la configuración como
disciplina autónoma de la HWS sí consideran que ésta tiene un papel que
desempeñar para explicar los aspectos de la Web que contribuyen a una medicina personalizada, predictiva,
preventiva y participativa. Estas aportaciones se producen en el contexto de la
intersección tecnológica entre expertos médicos, ‘pacientes expertos’ y una difusión
del conocimiento cada vez más rápida. Tiene el potencial para ‘descubrir’ los
secretos de los big data en un marco de gobernanza cuidadosamente regulado y ayudar en la separación entre
la Web real y la Web de ficción. Puede transformar la naturaleza genérica de la información
de Internet, haciéndola relevante y aplicable para un paciente individual y
concreto. La HWS consiste así en la búsqueda de nuevas vías para proporcionar
información médica pertinente, precisa, personalizada, experta y orientación
basada en la evidencia a los pacientes para manejar su propia atención
sanitaria. Tras el impulso inicial de esta disciplina emergente, el diálogo
debe continuar para que las distintas comunidades de agentes y partes
interesadas puedan educarse mutuamente unos a otros para mayor beneficio de la
sociedad…
Así las cosas, no sé si
es realmente necesario establecer como tal una “nueva” área de conocimiento
académico o darle el estatuto de “ciencia”. En cualquier caso si parece
muy conveniente seguir manteniendo un espíritu crítico, constructivo y abierto… sin
necesidad de inventarse nuevas categorías o clasificaciones (reduccionistas) que
en el fondo tal vez no escondan sino particularismos o intereses muy concretos,
“además del amor propio”, como ya decía D’Alembert hace más de dos siglos.
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