Foto: Carles Ribas
Tras
doce años de convivencia y lucha contra un extraño cáncer de timo, con recaídas
y tratamientos periódicos, Albert J. Jovell (Barcelona, 1962), falleció
el 26 de noviembre de 2013. Su enfermedad no le impidió desarrollar una inmensa
labor profesional y, en su doble condición de médico y paciente, constituirse
en un referente fundamental por un lado en la promoción de un profesionalismo médico que hiciera posible una medicina mejor y más humanizada, y por otro lado en la defensa
de los derechos de los pacientes.
Tuve
la inmensa suerte y el privilegio de conocerlo, de colaborar juntos en alguna
iniciativa y asistir a numerosos encuentros, jornadas o seminarios en los que
intervino, (también pude compartir un viaje extraordinario e inolvidable a
Boston, junto a un grupo de directivos de varios Servicios de Salud, para participar
en la primera edición de un Health Policy
Innovation Seminar for Policymakers en la Universidad de Harvard, en
septiembre de 2007).
Su
trabajo en favor de la participación, de la corresponsabilidad, del
reconocimiento del papel central del paciente en el sistema sanitario
cristalizó en el Foro Español de Pacientes constituido
a finales de 2004, tras el impulso de la Declaración de Barcelona y del que hasta ahora era su Presidente. Su finalidad ha sido siempre la constitución
de una plataforma capaz de aglutinar la representación de los pacientes desde
la experiencia experta de la enfermedad (por su vivencia personal), y de su
impacto cotidiano en la vida del paciente y de su contexto familiar y social. En
estos momentos integra a 29 organizaciones, con 1.103 asociaciones de pacientes
y 901.686 asociados.
Hemos
seleccionado algunos textos clave de Albert Jovell:
Un artículo de 1999 que fue el origen del libro Liderazgo afectivo (2007), en el que define un modo de gestionar basado en la afectividad generando confianza y
previniendo el desarrollo de sentimientos negativos.
"Necesitamos médicos que atiendan, conforten, cuiden y coordinen nuestras necesidades de asistencia sanitaria. Con ello contribuirán al desarrollo de un sistema sanitario que haga la vida del enfermo más humana y digna."
La
confianza es una necesidad emocional que se expresa racionalmente y nos permite
vivir en sociedad relacionándonos con otros:
“La clave de la confianza está en el
compromiso con el humanismo, con los demás y con las organizaciones. Es una
cuestión de actitud.”
¿Por
qué los pacientes no son clientes?
“…la situación de vulnerabilidad y de
asimetría de poder que acompaña a la condición de enfermo dificulta un cálculo
simétrico de expectativas entre el paciente y su médico, por lo que la
confianza se convierte más en una cuestión de necesidad y dependencia emocional
que en una estimación a priori de los posibles beneficios a obtener mediante la
relación.”
(…)
“El hecho de ser paciente implica
paciencia y resignación. Y en estos casos la confianza es más una necesidad
deseada que fundamenta una expectativa basada en la esperanza que un acuerdo
contractual originado en un intercambio racional de expectativas. Por eso un
paciente no es un cliente.”
Una autobiografía en la que comparte su experiencia
como paciente con cáncer, una enfermedad no solo física (orgánica), sino
también emocional y social:
“No todo es
medicina en el tratamiento del cáncer. No todo es razón. No todo es técnica y
procedimiento. Lo importante es el enfermo, no la enfermedad.”
“Los estudiantes de medicina inician sus
estudios con una vocación clara de tratar a los enfermos y cuando los finalizan
dirigen su vocación con firmeza a tratar enfermedades, más que a enfermos.”
“…los médicos nos sentimos cada vez más
dependientes de la tecnología y menos predispuestos a físicamente tender una
mano al paciente.”
“¿Nos estamos acercando los médicos
tanto al objeto –la enfermedad- que nos olvidamos del sujeto –la persona
enferma-?”
Confianza, honestidad,
competencia, compromiso público, objetividad
y responsabilidad cívica eran
algunos de los valores que Albert Jovell consideraba esenciales para cualquier
profesional. Algunos fueron destacados en el discurso de agradecimiento leído
durante el acto de entrega de la condición de Colegiado de Honor Nacional de la
OMC, en el que estuvo acompañado por su esposa Maria Dolors y sus hijos David y
Pol.
En
este librito, publicado a comienzos de 2012, Albert exhibía la deslumbrante y
cegadora lucidez de quien sabe que tiene o le queda poco tiempo.
A
lo largo de una serie de conversaciones con el periodista Jordi Sacristán anima
a superar la adversidad, gestionar la angustia, paliar la incertidumbre, decir
a las personas que se encuentran en situaciones difíciles, de extrema
necesidad, que siempre hay una luz, por pequeña que pueda parecer, para la
esperanza.
Algunas
de sus lecciones: Relativizar los problemas, vivir el día a día y disfrutar del
momento presente; hablar sin miedo del cáncer para eliminar el estigma asociado
a esta enfermedad; reivindicar un retorno a la esencia del humanismo, a valores
básicos como la confianza, el afecto, elementos muy importantes y útiles frente
al desconcierto creado por la tecnología y los cambios que ésta ha producido: “…hemos acabado sustituyendo el trato con la
persona por el dominio de la técnica.”
Algunas
de las entrevistas realizadas en estos últimos años son reveladoras de su capacidad
de análisis, su compromiso personal, su generosa actitud ante la vida y su
humanidad:
· “Nada enseña más que sentir que te queda poco tiempo” comentaba Albert Jovell en una magnífica entrevista en La Vanguardia,
(6-marzo-2013), como un eco de aquellas otras palabras que dirigiera Steve Jobs
a los estudiantes de la Universidad de Stanford: “Recordar que voy a morir pronto es la herramienta más importante que
haya encontrado para ayudarme a tomar las grandes decisiones de mi vida.”
· Entrevista de Jesús Ruiz Mantilla (El País Semanal
19-febrero-2012)
· Hace unos meses,
en otra entrevista realizada también por Milagros Pérez Oliva (El País, 27-2-2013) se refería a su último libro, un breve opúsculo de título elocuente: Te puede pasar a ti. La sanidad pública beneficia a todos:
“Es necesario preservar y mejorar el
sistema de sanidad pública para mantener los elevados niveles del servicio que
durante años hemos sabido construir y que hacían del modelo español de salud,
cualesquiera que fueran sus defectos, algo digno de sostener y perfeccionar.”
·
El pasado 4 de
noviembre Diario Médico publicaba la que fue su última entrevista, en la que
lamentaba la falta de comunicación e interrelación del Foro Español de
Pacientes con el Ministerio de Sanidad.
Terminamos
con un video:
El paciente como solución,
una charla TED impartida en Madrid en octubre de 2011, en la que Albert Jovell
habla entre otras cosas sobre la epidemia de diabetes asociada a la obesidad,
la democratización de la atención sanitaria, la ‘alfabetización’ en salud y la
promoción del autocuidado).
Gracias,
Albert. Sin duda el mejor homenaje que podemos hacerte es mantener y difundir tu
obra y continuar tu admirable labor y tu empeño en que la práctica de la
medicina del siglo XXI fuera más afectiva y cercana a las necesidades reales de
los pacientes.
Obituario
El País, 28 de noviembre de 2013 (Milagros Pérez Oliva):