Gran ilustración de Mónica Lalanda (@mlalanda) en su blog medicoacuadros
Como
era previsible, tras su publicación y difusión, el documento ha sido objeto de mofa, befa y escarnio.
En las redes y en diversos medios digitales ha sido recibido con una sorna generalizada, lo que resulta bastante explicable
al conocer cómo se produjo la gestación de tan singular producto: De cómo saltó la liebre del famoso catecismo ético del SESCAM, especialmente cuando nos enteramos aquí de que algunos de los famosos principios
que aparecen recogidos en la ‘Carta de Valores’ están literalmente copiados de organizaciones
tan pintorescas como la organización “All Dance Internacional” (!) o la Cámara de Empresas Tasadoras de la República Argentina. ¿No es asombroso?
Debo
reconocer que me he sentido especialmente irritado, afectado y concernido por
este asunto, sobre todo al oír las pueriles declaraciones exculpatorias realizadas por quienes han perpetrado semejante disparate, atribuyendo la
autoría del mismo a responsables anteriores del SESCAM… Me explicaré: en
diciembre de 2007, como trabajo final para el Diploma superior en Bioética
cursado en la Escuela Nacional de Sanidad, preparé un extenso y amplio documento
titulado precisamente “Responsabilidad, Reputación Corporativa y Ética en las Organizaciones Sanitarias Públicas. Una propuesta de Código Ético para el SESCAM” (que hemos enlazado desde Slideshare para posibles interesados, y sobre
todo para comprobar que pueden elaborarse Códigos Éticos algo menos… insensatos.
Se trataba tan solo de un ejercicio académico del que, por otra parte, me
siento bastante orgulloso). En la última página se decía expresamente: “El presente trabajo pretende ser únicamente
una aproximación teórica al debate sobre la profesionalidad y la construcción
de organizaciones sanitarias basadas en valores. La elaboración y formulación
real de un Código Ético en el ámbito del SESCAM, tanto como su aplicación y
puesta en marcha debería hacerse en la práctica teniendo en cuenta la
participación y las aportaciones de todos los grupos interesados, implicados en
el desarrollo de una organización sanitaria pública sostenible, responsable y
con un comportamiento ético de todos sus agentes, que genere confianza,
credibilidad y legitimidad social.”
En
la última parte de aquel trabajo explicábamos cuáles debían ser, a nuestro
juicio, los Valores
corporativos del SESCAM que deberían inspirar su actuación:
«La
cohesión de un grupo se articula alrededor de una cultura que determina su
personalidad e influye de forma determinante en la orientación de las
actividades, aportando la coherencia del esfuerzo colectivo hacia unos
objetivos comunes.
De
la reflexión sobre la identidad de la oferta asistencial y de servicio del
SESCAM surgen también un conjunto de valores que son la síntesis de esta
cultura y el fruto de la historia como institución y organización sanitaria, de
la integración de personas e ideas y de las capacidades desarrolladas a lo
largo del tiempo.
Estos
valores, que diferencian a la organización en el marco del SNS, conforman el
conjunto de valores corporativos y tienen relaciones directas e indirectas con
los agentes y grupos de interés, serían los siguientes:
Voluntad de servicio
Servir
es, en esencia, ayudar a los otros a crecer y a desarrollar sus proyectos. La
actitud profesional del SESCAM se basa en comprender los problemas y las
necesidades sanitarias y asistenciales de la población y poner a su disposición
todas las capacidades individuales y colectivas en forma de soluciones rápidas,
sencillas y eficaces.
Proximidad
Se
entiende como la supresión de todos aquellos elementos que dificultan la
relación, el diálogo y el propio servicio sanitario. El ciudadano debe percibir
al Servicio de Salud como una serie de dispositivos asistenciales accesibles y
cercanos, sensible a la diversidad, capaz de eliminar las barreras físicas, que
incorpora las tecnologías disponibles que faciliten la comunicación y le
acercan los centros de decisión.
Adaptabilidad
El
SESCAM debe amoldarse con agilidad a las necesidades y demandas de los
ciudadanos a través de soluciones flexibles y eficaces que den respuesta a sus
necesidades sanitarias.
Los
cambios deben afrontarse con una actitud positiva, entendiéndolos como una
oportunidad de mejora en la calidad asistencial y como una necesidad de
adecuación al entorno social.
Orientación de servicio
Todas
las actividades e innovaciones de la organización se resumen y se justifican en
la materialización de una atención sanitaria segura, efectiva, eficiente y
basada en la mejor evidencia científica disponible.
La
proactividad, el conocimiento del usuario y de sus necesidades, la
anticipación, la prestación de un servicio sanitario público adecuado,
reconocido y valorado socialmente, como base de una relación sostenible, son
los elementos clave que orientan toda la actividad del SESCAM y le confieren
legitimidad social.
Innovación
Anticiparse
a las necesidades y expectativas de los ciudadanos desarrollando prestaciones y
servicios capaces de sorprender por su accesibilidad y facilidad de uso.
Escrutar
las posibilidades de las nuevas tecnologías en el ámbito sanitario para
desarrollar propuestas de valor innovadoras. “Ser capaces de imaginar
el futuro”.
Profesionalidad
El
rigor, la pulcritud, la puntualidad, la exactitud, la comunicación clara y
veraz, el compromiso, la responsabilidad, el acierto en las decisiones y el
aprendizaje permanente son los rasgos que definen la profesionalidad de una
empresa y de sus integrantes.
La
plantilla del SESCAM está formada por trabajadores, empleados y profesionales
dignos de merecer la confianza y el respeto de los usuarios, de los ciudadanos
y, en general, de la sociedad de la que forma parte. El propósito del empleado
es siempre hacer bien el trabajo y a la primera.
Ética y responsabilidad social
Como
organización pública, la actuación profesional y personal del SESCAM se basa en
la equidad, la honestidad, la transparencia y la responsabilidad, asumiendo las
consecuencias de los actos de sus empleados y profesionales.
Se
contribuye a la mejora de la sostenibilidad social a través de sus actuaciones,
cuidando del medio ambiente y rechazando cualquier forma de discriminación y
explotación del ser humano, tanto desde el punto de vista de las actuaciones
propias como de las de los proveedores.
Austeridad
La
austeridad debe entenderse como la sobriedad en el uso de los recursos públicos
de la organización, en contraposición a la ostentación y el gasto innecesario.
La organización debe aplicar con rigor el principio de austeridad en todas sus
decisiones, pero sin confundir lo superfluo con lo necesario y buscando siempre
niveles de calidad diferenciales.
Prudencia
La
continuidad y el reconocimiento se sustentan en el equilibrio entre la acción y
la sensatez. El SESCAM asume responsablemente los riesgos derivados de su
actividad mediante una adecuada capacitación técnica y a través de la toma de
decisiones basadas en el conocimiento y en la evidencia científica.
Trabajo en equipo
El
trabajo en equipo es la clave del progreso del ser humano y adquiere una
especial relevancia en el entorno sanitario. Se trabaja en equipo integrando
personas e ideas en un proyecto común capaz de generar ilusión y retener el
talento, donde los objetivos comunes prevalecen sobre los intereses particulares
y la información fluye de forma abierta y transparente.
Se respeta la diversidad individual de los miembros del grupo, ya que
dicha diversidad es, precisamente, la que enriquece el conjunto a través de la
incorporación de distintas formas de ser y de hacer.»
Por
último, concluíamos, el "auténtico" Código Ético del SESCAM
no sería sino un reflejo de esos valores corporativos y de los principios
que deben guiar la conducta de la Organización y de todas las personas que la
integran. Esta conducta es la que inspira los procesos que se establecen en las
relaciones con sus grupos de interés, materializa su actitud y el
comportamiento individual y colectivo en relación a la política corporativa.
Cada
decisión que se adopta y todo lo que se hace en el desempeño de su actividad
profesional, puede incidir en la imagen que la ciudadanía tiene de la
organización.
En
este sentido, la conducta en relación con los diferentes agentes y grupos de
interés, se debe materializar en las siguientes actitudes y comportamientos:
- Con los ‘clientes’ (Pacientes y usuarios): Profesionalidad, transparencia, fiabilidad, cercanía, accesibilidad,
confidencialidad y respeto en las relaciones.
- Con los proveedores: Transparencia,
colaboración, agilidad y cercanía en las relaciones.
- Con las personas de la Organización: Lealtad,
honestidad, responsabilidad con los resultados, confianza, colaboración,
ingenio, creatividad, compañerismo, igualdad, respeto, responsabilidad con la
seguridad y salud laboral, la calidad, la integración social y la sostenibilidad
ambiental.
- Con la Sociedad: Innovación,
colaboración, comunicación, dialogo permanente, cercanía y responsabilidad
social en materias de prevención de riesgos laborales, igualdad de género,
calidad, medioambiente e integración social.
Finalmente,
parece claro que la ética de la empresa (pública) sanitaria puede ayudar a
devolver la confianza en la organización, aumentar la autoestima de los
profesionales e incrementar la credibilidad y legitimidad social del sistema
sanitario público. Sin embargo, con actuaciones tan peregrinas como las que hemos
conocido en estos días, mal que les pese a los actuales responsables, resultará
difícil recuperar el prestigio y la reputación que durante mucho tiempo tuvo
nuestro Servicio Público de Salud.
Como se puede ver: "lo mismito" que diría algún paisano que yo conozco.
ResponderEliminarTuve la ocasión, como compañero de la Diplomatura, de asistir a la lectura de tu trabajo y posteriormente consultarlo y usarlo en los cursos.
¿Alguien quiere ver un precedente?, pues han profundizado poco.
En fin, tú si puedes sentirte orgulloso de aquel trabajo.
Buenísimas las ilustraciones de Mónica Lalanda.
Gracias por tus consideraciones y comentarios, Vicente.
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