Imagen del proyecto inicial del nuevo Hospital de Toledo
En cierto modo, no deja de resultar llamativo y paradójico en este tipo
de modelos de “colaboración público-privada” que el Gobierno delegue una de sus
principales obligaciones -la de atender al interés general y gestionar los
recursos públicos con eficiencia- en empresas privadas, a las que pagará con
dinero público por ello. Se desplaza un gasto de inversión a un canon que
pagara la siguiente generación. Esta situación podría definirse como: “cuando el gestor público renuncia
a hacer gestión pública”, y
por lo tanto no deja de ser una manera de escapar de su responsabilidad.
Veamos cuales son los resultados
de la operación:
A. Para el
ciudadano y para la Administración
1.
Un
sobrecoste de 560 millones de euros.
2. Un
hospital mucho más pequeño y peor dotado que el inicialmente previsto.
B. Para el
concesionario
El concesionario en
términos absolutos obtiene un beneficio bruto que puede cifrarse en 462
millones de euros, de acuerdo
con el detalle siguiente:
El objetivo, no obstante, según aparece recogido en el anexo
del PCAP de información económico-financiera orientativa para los licitadores, es
que el accionista obtenga una TIR (tasa interna de retorno) o rentabilidad
media anual a lo largo del período de la concesión del 12%-14%, con un plazo de
recuperación de la inversión (pay back)
de tan solo 10 años.
Resumen y Valoración final
1.
El proyecto supone un sobrecoste para el
ciudadano que podría cifrarse en unos 560 millones de euros, debido a tres
tipos de razones:
2.
El operador privado tiene un lógico ánimo de
lucro y, por tanto, hay que pagarle el correspondiente margen de beneficios, (retribución
del accionista)
3.
En este caso concreto, el operador privado
incurre en unos gastos en los que no tendría que incurrir si la gestión fuera
100% pública. En este sentido, puede afirmarse que para este proyecto el modelo
privado es menos eficiente.
4. El coste de la financiación para el operador privado
(estimado en el 7,5% en el anexo de información económico-financiera
orientativa para los licitadores) es mucho más alto del que le costaría a la
Junta endeudarse (2,63%), y éste es uno de los conceptos que se incluye en el
cálculo del canon anual.
5. A pesar de lo que en su día se anunciaba en unas propagandísticas notas de prensa,
y sobre unas supuestas condiciones para su concesión, no se ha vuelto a
saber nada sobre los préstamos del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Por tanto, hay que suponer razonablemente que finalmente se denegó la financiación. Por este motivo, en
el pliego aparecen frases del siguiente tenor: “Las necesidades de financiación se cubrirán con los recursos propios
que aportará el concesionario (30%) y
con la financiación que deberá obtener en el mercado bancario u otros.”
6.
Podríamos afirmar que esta operación es enormemente
ventajosa (un “pelotazo”), para cualquier inversor privado porque, tratándose de una inversión sin riesgo:
•
La rentabilidad
media anual que se pretende garantizar, 12%-14%,
es muy alta.
•
El plazo de
recuperación de la inversión (pay back),
en solo 10 años, es muy corto.
7.
La intervención de un operador privado, con
ánimo de lucro, no aporta valor al proyecto, por las siguientes razones:
•
Si el motivo es la financiación, la Junta ya contaba con créditos en condiciones mucho más ventajosas, (a través del BEI y del BBVA), que los que
tiene que obtener el privado, con el agravante de que la carga financiera
derivada de este mayor coste lo asumirá la Junta, a través del pago del canon
anual.
• Si el motivo fuera una mejora de la gestión,
queda comprobado que el operador privado tiene que montar una infraestructura
de gestión y control del proyecto que eleva los costes, y por tanto también el
dinero que el ciudadano tiene que aportar.
8.
En consecuencia, si el concesionario no aporta
valor añadido al proyecto, es entonces el sector público quien se lo aporta al
sector privado, al menos por un importe de 462
millones de euros.
Gráfico de resultados económicos para el concesionario
En fin, parece bastante evidente
que algunos pretenden hacer un buen negocio a costa del presupuesto público...
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