El próximo 30 de marzo se disuelve el Parlamento británico, para dar inicio a una larga campaña electoral de cinco semanas y media, que concluye el día 7 de mayo con la celebración de elecciones generales en el Reino Unido, seguramente la democracia parlamentaria más antigua del mundo.
Hace unos meses, en su microsite dedicado a las elecciones generales, la página Web de The King’s Fund publicó un interesante resumen gráfico sobre las prioridades para el próximo gobierno en materia de sanidad, una guía ilustrada en un momento crucial para el sistema sanitario y de servicios sociales.
Como ocurre en España con el SNS, las elecciones tienen lugar en una preocupante situación de crisis y de recortes generalizados en la financiación del NHS, de manera semejante a lo sucedido en los sistemas sanitarios de otros países europeos. Una drástica reducción de fondos ha llevado al NHS al borde de la quiebra financiera, mientras que la disminución del presupuesto de los gobiernos locales ha llevado a importantes recortes en los servicios sociales.
En este contexto, el próximo Gobierno deberá garantizar que se mantiene el foco sobre la mejora de la calidad asistencial, tal como se estableció tras el Francis Report. También tendrá que poner en marcha una transformación de(en) la prestación de los servicios, para responder más eficazmente a las necesidades de los pacientes. De cara al futuro la gran pregunta es cómo proporcionar fondos suficientes para satisfacer la creciente demanda de atención sanitaria y social.
Es esencial que los políticos sean honestos con los ciudadanos y con el público sobre la magnitud de estos retos. En este sentido, sin un mandato claro para realizar los cambios precisos, el próximo gobierno puede encontrarse incapaz de hacerles frente.
Como
una contribución al debate, he aquí los principales desafíos y prioridades que señalan los expertos de The King’s Fund, algunos de los cuales bien podrían
aplicarse a nuestro caso particular, teniendo en cuenta también que a finales
del mes de mayo se celebran en España unas Elecciones Autonómicas de cuyo
resultado dependerá también -en gran medida- el futuro de la atención sanitaria
y social en nuestro país. ¿Cuáles de estas prioridades para el NHS son también
las de los distintos Servicios regionales de Salud y del SNS en su conjunto?
Afrontar el desafío
financiero
El
NHS está atravesando el ahogo financiero más grande de su historia. Desde 2010,
su presupuesto ha sido efectivamente congelado, aumentando solo lo suficiente
para cubrir la inflación. Aunque puede considerarse generoso en comparación con
otras áreas del gasto público, la demanda creciente de atención significa que los
servicios están bajo una enorme presión.
1. Renovar el impulso para mejorar la
productividad.
Esto
significa que todavía hay margen para encontrar ahorros; con el NHS enfrentándose
a una crisis financiera los esfuerzos para mejorar la eficiencia deben redoblarse.
2. Financiar la
transformación de la atención sanitaria y social.
Sin una
financiación adicional para poder realizar cambios en los servicios esenciales,
serán los pacientes quienes soportarán los costes a medida que se reduce el
personal, aumentan los tiempos de espera y se deteriora la calidad de la
atención.
3. Desarrollar nuevas bases para la atención
sanitaria y social.
El
informe final de la Barker Commissión (2014) sobre
el futuro de la atención social y sanitaria en el Reino Unido ha supuesto un desafío para los responsables políticos
al hacer un llamamiento para establecer unas nuevas bases que acaben con la
brecha histórica entre la atención sanitaria y la social. Dar una respuesta a
esto debe ser una prioridad para el próximo gobierno.
Transformar los
servicios para los pacientes
A lo
largo de sus 65 años de existencia el NHS no ha seguido el ritmo de los cambios
demográficos, sociales y tecnológicos, y en gran parte se basa (aún) en el
modelo de postguerra de proporcionar tratamiento hospitalario esporádico (episódico).
Sigue siendo un servicio que diagnostica y trata la enfermedad, en lugar de predecir
y prevenir.
4. Proporcionar una atención integrada a un
ritmo y escala adecuados.
Los servicios
necesitan estar ser más coordinados y adaptados a las necesidades de los
pacientes; ofrecer una atención integral debe convertirse en el núcleo esencial
(core business) de todos los que
trabajan en la atención sanitaria y social.
5. Establecer un nuevo acuerdo para la práctica generalista.
Los GPs
necesitan trabajar de forma diferente; el próximo gobierno debe desarrollar un
nuevo tipo de contrato que permita a los médicos generalistas asumir la
responsabilidad de proporcionar más servicios a un mayor número de pacientes.
6. Asegurar el (suficiente) respaldo político para realizar
cambios en los servicios.
Los
políticos deben ser más valientes para respaldar cambios en los servicios
locales donde hay una oportunidad clara para ello.
Mejorar la calidad de la atención
El Francis Report
ha desatado una avalancha de cambios, incluyendo una revisión total del régimen
de inspecciones de los hospitales, un nuevo deber de sinceridad y una serie de
iniciativas para facilitar y hacer más disponible al público la información sobre
la prestación de servicios. Mientras tanto, los hospitales también han
respondido al informe contratando personal adicional para aumentar la ratios de
personal – paciente.
7. Crear una nueva cultura de cuidados.
Los
líderes locales deben ser apoyados para crear una cultura del cuidado en el que
los pacientes sean lo primero, y la apertura, la transparencia y la rendición
de cuentas sean la norma.
8. Situar a la salud mental en igualdad de condiciones con la salud física.
Con
los servicios de salud mental bajo una creciente presión, el próximo gobierno
tendrá que trabajar duramente para hacer realidad el compromiso de poner la
salud mental en igualdad de condiciones con la salud física.
9. Revolucionar el cuidado de las personas
mayores.
Es
necesaria una revolución en la atención a(de) las personas mayores, basándose
en un cambio desde la atención hospitalaria de tipo reactivo a la atención
preventiva coordinada en torno a las necesidades de la gente, y siempre más
cercana a sus hogares.
Un nuevo enfoque en la reforma del NHS
Es
hora de iniciar un cambio fundamental en la manera de reformar el NHS, aprender
de lo que se ha trabajado aquí y en todo el mundo. La experiencia de las organizaciones de salud de alto rendimiento muestra el valor de liderazgo, la continuidad,
la estabilidad organizacional, una visión convincente y un claro enfoque hacia
la mejora de la calidad de la atención.
10. Desarrollar un nuevo acuerdo político para delimitar
el papel de los políticos.
El
NHS es uno de los sistemas sanitarios más centralizados del mundo; es necesario
establecer un nuevo acuerdo político para delimitar el papel de los políticos y
delegar más poder y rendición de cuentas a las organizaciones del NHS.
11. Centrarse en la reforma “desde dentro”.
En
lugar de exigir cambios desde arriba, el próximo gobierno debe promover una ‘reforma
desde dentro’ (ver aquí y aquí) basada en un compromiso a largo plazo
para mejorar la atención y apelando a la motivación intrínseca del personal.
12. Invertir en el tipo correcto de liderazgo
El liderazgo
en el NHS ya no debe concentrarse en unos pocos líderes ‘heroicos’ en la cima, es
necesario un enfoque más colectivo, con todo el personal asumiendo la
responsabilidad de mejorar la atención.
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Podemos
decir sin temor a equivocarnos, que las prioridades y desafíos señalados para
el futuro inmediato del NHS, son perfectamente asimilables y pueden trasladarse
a nuestro SNS. Recientemente, en una de las mesas del VII Congreso de Atención Sanitaria al Paciente Crónico desarrollado en Valladolid entre los días 5 y 7 de marzo pasados, con el
tema central de la integración asistencial entre el
sistema de salud y el de servicios sociales, se abordó “la crisis del modelo
asistencial” vigente, preguntándose cómo gestionar el cambio hacia un nuevo
modelo, cuáles son sus elementos clave y si la atención a los pacientes
crónicos podría ser el motor del cambio de nuestro sistema sanitario. El papel
que pueden (deben) jugar los profesionales y los pacientes en este proceso y en
este nuevo modelo de atención, así como los cambios imprescindibles en las
organizaciones y en los sistemas sanitario y social para transitar hacia ese
nuevo modelo de atención, fueron también objeto de debate. En la presentación de
J.R. Repullo resulta especialmente interesante e instructivo rastrear algunos
de los asuntos planteados y comprobar cómo algunos de los problemas existentes
son comunes en distintos sistemas sanitarios…
Por tanto,
a la espera de los procesos electorales, conviene seguir atentos…
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