New York,1908. Manhattan Bridge in progress. Fuente: Shorpy
Con el lema «EL PUENTE DE LO AFECTIVO A LO EFECTIVO» en una emotiva y brillante ceremonia se celebró el pasado 11 de junio el acto de entrega de los premios de la Quinta Edición del Foro Premios Albert J. Jovell.
Transcribo a continuación las palabras de mi intervención enla Mesa inaugural de la gala (minutos 19:20 a 27:20):
«Muy buenos días señoras y señores, amigas y amigos.
Quiero ante todo
agradecer al Foro Premios Albert Jovell,
al grupo de compañías farmacéuticas Janssen
y a Cátedras en Red, su amable
invitación para intervenir en esta Mesa inaugural en un lugar tan emblemático
como este edificio Jean Nouvel,
ampliación del hoy Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía que en su día fuera sede del Hospital
General y Hospital Provincial de Madrid, también denominado antes como Hospital General y de la Pasión, que estuvo en uso desde principios del S.XVII hasta el año 1965, en
diseños y obras sucesivas en las que intervinieron arquitectos tan prestigiosos
como José de Hermosilla, Francisco Sabatini o el propio Juan de Villanueva, arquitecto del Museo del Prado y máximo exponente de
la arquitectura neoclásica en España. [Y permítanme también trasladarles un
cordial y afectuoso saludo en nombre de la Ministra de Sanidad, Consumo y
Bienestar Social, Mª Luisa Carcedo Roces y del Secretario General de Sanidad y
Consumo, Faustino Blanco González].»
«He tenido la gran suerte y el inmenso privilegio de haber participado
desde sus inicios (ver aquí y también aquí) en las sucesivas ediciones de estos
galardones, así como de haber podido colaborar y contribuir humildemente, en la
medida de mis posibilidades, en la
construcción y desarrollo del denominado modelo “afectivo-efectivo” en la atención sanitaria, como ejemplo
singular y paradigmático de lo que en los últimos años ha venido en llamarse humanización de la asistencia sanitaria.»
«Recordaba Albert Jovell
en uno de sus libros una serie de
virtudes que, de acuerdo con la ética aristotélica, regularían la conversión de
las emociones en afectos, lo que permitiría mejorar la convivencia y las
relaciones interpersonales.»
«Señalaba
singularmente la CONFIANZA como una virtud esencial a la hora de establecer y consolidar un círculo de
confiabilidad a partir del reconocimiento en otras personas y en instituciones
concretas de una serie de virtudes específicas que, a su vez, formarían parte
de ella:
- Competencia
- Compromiso
- Responsabilidad
- Justicia
- Humildad
- Resiliencia
- Honestidad
- Integridad… y
- RESPETO
«En conjunto,
constituirían una serie de atributos que modelan, conforman y refuerzan las
relaciones de confianza en que se fundamenta la convivencia.»
«Como recuerda el sociólogo Richard Sennett en un excelente ensayo, el significado del respeto incorpora y lleva implícito todo un
“vocabulario social” que la sociología ha nombrado con muchos sinónimos para
denominar diferentes aspectos del respeto. Entre ellos encontramos los de
“estatus”, “prestigio”, “honor” y “dignidad”.»
«El respeto implica y significa también, en
gran medida, “el hecho de aceptar en los otros lo que uno no entiende”, es
decir, aceptar a los demás sin cuestionarse cómo son. Esta aceptación es muy
importante puesto que esta forma de respeto hacia la otra persona es precisamente
lo que permite establecer un vínculo de confianza y dotar de confiabilidad a la
relación.»
«El filósofo Josep María Esquirol explica también que la palabra respeto tiene que ver con el comportamiento moral
y, en este sentido, es posible referirse al respeto como un tipo de actitud:
“una actitud respetuosa” o también un “lenguaje respetuoso”: hablar
respetuosamente de alguien significa tener cuidado con las palabras que
respecto a él o a ella se usan; palabras que, en definitiva, son capaces de
guardar siempre una distancia respetuosa.»
«‘Las palabras son
nuestra gafas. Equivocar la palabra es equivocar la cosa’, decía hace ya unos años el politólogo Giovanni Santori.‘Muchos creen que la palabra no tiene
importancia y, por tanto, que cada uno puede denominar lo que ocurre como
quiera. Sin embargo -afirmaba- la
elección de la palabra es importante’.»
«Pues bien, en el
lenguaje de las actitudes, (en el lenguaje moral), tratar a alguien con respeto equivale a tratarlo con atención y aquí encontramos toda
una constelación de significados equivalentes: consideración, deferencia,
atención, miramiento: tratar a alguien con miramiento es tener hacia él una
atención, un respeto. En alemán, la palabra Achtung significa tanto respeto
como atención.»
«Con frecuencia la
etimología orienta y nos pone sobre la pista del sentido último de las
palabras: el latín respectus deriva del verbo respicere, que
significa “mirar atrás”, “mirar atentamente” o “volver a mirar”. Respicere
tiene la misma raíz que spectare, ver, mirar, contemplar. Nos
encontramos pues, en pleno universo de la mirada: spectaculum es lo que
se mira; respicio es lo que miro atentamente; y “respectus” es
entonces el resultado de esa mirada atenta».
«No hace falta decir
que la mirada se emplea aquí en sentido amplio y que se refiere no solo a los
ojos del rostro sino también a los ojos y a la “mirada de la mente”. Conviene
citar aquí a Baltasar Gracián y su célebre “Oráculo manual y arte de la prudencia”,
cuando afirma que “no todos los que ven
han abierto los ojos, ni todos lo que miran ven”, lo que de paso nos informa de
que, en última instancia, la más lúcida de las miradas no es la de los ojos.
Ver es lo difícil. Vemos a veces, raramente, con frecuencia miramos sin ver...»
«Hasta aquí alguna de
las claves para una atención sanitaria más humana, es decir más digna. Y, si me
permiten, si tuviera que sintetizar o condensar en una única expresión, o
destacar algún aspecto concreto acerca de en qué consiste precisamente la
humanización de la atención sanitaria, lo resumiría básicamente en una atención
respetuosa y compasiva con la persona enferma.»
«Por ello, frente al
vértigo deshumanizador de una práctica clínico-asistencial apresurada,
desprovista en ocasiones de esa mirada atenta, no está de más recordar al
profesor Jerome Groopman cuando afirma que: «Aunque la medicina moderna cuente con la
ayuda de un deslumbrante despliegue de tecnologías, como resonancias magnéticas
de alta resolución y análisis de ADN de gran precisión, el lenguaje, [es decir,
la comunicación], sigue siendo la piedra angular de la práctica clínica.»
«Finalmente, el
modelo afectivo-efectivo pretende ser un modelo de referencia a imitar para
contribuir a la humanización de la asistencia sanitaria en el conjunto del SNS,
basado en la evidencia científica pero que, al mismo tiempo debe tener en
cuenta la dimensión y los valores de dignidad y humanidad de los pacientes para
conseguir su bienestar y los mejores resultados en salud. En esa hermosa tarea,
conjunta y compartida, y cada uno desde su propia responsabilidad personal,
profesional o institucional, indudablemente todos tenemos algo que aportar.»
«En este sentido,
hoy tenemos que felicitar a quienes han sido reconocidos en esta V edición de
los premios, que muy merecidamente valoran y destacan su trabajo, su esfuerzo y
dedicación a ese objetivo.»
Muchas gracias
por contribuir hacerlo posible.»